sábado, 26 de abril de 2014

En otras palabras

      ¿Qué nos cuesta ayudar al prójimo? Apenas ayudamos a un par de personas a lo largo de la semana, y si son desconocidos el número es menor aún. Pensamos que es algo embarazoso, que no debemos meternos en las vidas de otros, y en cuanto a sus problemas, que no nos los echen encima, que suficientes tenemos con los nuestros.

      No nos damos cuenta de que cuando alguien nos pide ayuda, es porque no puede valerse por sí mismo y porque confía en nosotros. Por otra parte el problema no tiene por que ser algo serio, cualquier pequeño desafío puede convertirse para alguien en todo un reto, el que a nosotros resolver solo nos costaría unos pocos segundos de nuestras vidas.

     Hay que ser competitivos para llegar lejos, eso está claro, es lo que nos enseña la sociedad. Pero fuera de la carrera de "haber quién llega más lejos" está el mundo real, donde se puede actuar de una manera noble y ejemplar.

      En conclusión, sería bonito que hubiese más gente así, porque personalmente, cuando se te brinda la oportunidad y ayudas a alguien, te sientes bien contigo mismo y alegre por haber podido hacer la vida de otro más fácil.


No hay comentarios:

Publicar un comentario